No hay duda de que las plantas aromáticas son una excelente alternativa para decorar y darle un olor agradable a nuestra casa, al mismo tiempo que sirve a quienes adoran cocinar, esto último no es mi caso. Sin embargo, soy una convencida que es muy piola tenerlas, me evita tener que salir corriendo a la verdulería cada vez que armo milanesas.
Pero ¿cuáles son adecuadas para el interior debido a su delicadeza y cuáles son propicias para el exterior por ser más resistentes?
Algunas plantas aromáticas son geniales para nuestra casa pero también son tremendamente delicadas, requiriendo de una importante cantidad de agua, de cuidados y de mucha luz diaria pero sin que el sol sea directo, de lo contrario podrían acabar por marchitarse.
Las aromáticas dentro de casa suelen sufrir por la falta de aireación. Este problema se plantea por las condiciones de cultivar en maceta. El problema de aireación no está en la parte que vemos (los tallos y las hojas) está en la que no vemos, las raíces. La mejor solución es colocar una base de piedras en el plato de las macetas. Esto recoge el exceso de agua y evita que se encharque el sustrato, y permite que el aire entre mejor por las bases de la maceta.
Por cierto, para que esto funcione, es indispensable que la maceta cuente con un buen drenaje, ahí ya puedes decidir si metes las piedras dentro de la maceta o las dejas en el plato, pero la maceta tiene que tener agujeros sí o sí, si no mantener el sustrato aireado resulta imposible.
Además es importante que al usarlas para cocinar las cortes con una tijera, evitando arrancarlas lo que podría afectar su bienestar.
La menta es una de las plantas más aromáticas para nuestro hogar, perfecta si te gusta cocinar con toques asiáticos o preparar bebidas refrescantes, además de contar con muchos beneficios especialmente para el sistema gástrico. Suele crecer mucho y conviene tenerla siempre en una maceta separada pues se le considera una planta un poco invasiva.
La albahaca es una de las más utilizadas en la cocina… y de las más difíciles de cultivar dentro de casa. Aunque conociendo una serie de trucos se la puede cultivar sin problemas… ¡incluso en invierno!
Garantízale 6 horas de sol diarias, una ventana orientada al sur es lo ideal. Si no dispones de tantas horas, prueba con variedades de hoja pequeña.
Pero tené cuidado, mantenela alejada unos centímetros de las ventanas. Aunque insisto que la luz es importante (y más en el caso de la albahaca) mantenerla demasiado cerca de la ventana puede hacer que las temperaturas sean muy extremas. Demasiado frío en invierno y demasiado calor en verano. A no ser que cuentes con cristales dobles aislantes, aleja unos centímetros la planta del cristal para que pueda disfrutar de la luz sin congelarse o achicharrarse.
Hay que garantizarle riego frecuente y poda habitual.
Los trucos de la albahaca se pueden aplicar igualmente a cultivos exigentes en luz, como el romero, la salvia o el orégano.
El perejil: aunque de un crecimiento muy lento en sus primeras semanas de vida, una vez establecida resulta muy productiva, así que déjala crecer hasta que tenga un tamaño interesante para poder disfrutar de ella durante más tiempo.
El cilantro: es una de esas aromáticas que resulta bastante fácil de cultivar con éxito empezando con semillas. Es imprescindible asegurarle un buen drenaje para un buen crecimiento. Necesitará fertilizantes para que sobreviva en maceta. Pero hay que evitar los ricos en potasio, ya que harán que entren en flor más rápidamente. Un fertilizante rico en nitrógeno diluido en el riego mantendrá su producción de hojas durante más tiempo. Se recomienda aplicarlo una vez cada dos semanas.
No te quedes con las ganas, encuentra el rincón/pared/repisa con mayor número de horas de luz e instala tu jardín de aromáticas. Nos vemos…