Poco a poco, las temperaturas van subiendo por esta parte del planta. Como efecto del famoso cambio climático, ya no existe la estación intermedia, sino que pasamos del frío,directamente a mucho calor. Como prepararnos para enfrentarlo, es el tema de hoy. Quizas estás pensando en realizar pequeñas mejoras en la casa como pintar, cambiar o adquirir nuevas plantas, en fin, reflexionar sobre problemas comunes como la presencia de humedad en los ambientes, que tipo de ventilador adquirir y donde colocarlo, pueden ayudar al momento de tomar ciertas decisiones.
Disminuye la humedad en tus ambientes
La humedad afecta mucho a nuestra sensación de calor, ya que un ambiente muy húmedo afecta a la refrigeración del cuerpo.
Si, pasar un verano más o menos agradable o un verano terrible tiene mucha relación con la humedad, incluso más que la propia temperatura. Un día de 35 grados podemos soportarlos mejor que uno de 30 grados, si la humedad en el ambiente es menor.
Una de las primeras cosas que suceden cuando tenemos mucho calor es que empezamos a sudar. El sudor no es más que una defensa de nuestro cuerpo: al notar el sobrecalentamiento este empieza a sudar para enfriarse. Si existe mucha humedad en el ambiente el proceso de evaporación del sudor en nuestra piel se resiente, lo que provoca que el cuerpo no se refrigere naturalmente y tendemos a empapar mucho más la ropa. El sudor se acumula en nuestra piel, en nuestra ropa, y finalmente termina por desaparecer el efecto de refresco que debería generarle al cuerpo.
Cuando habitas ambientes con problemas de humedad es importante combatirlos y una de las maneras es el uso de placas antihumedad, que la absorben y luego la filtran en forma progresiva e imperceptible. Obvio que no todas son iguales pero siempre hay que buscar las que efectivamente están certificadas por el Inti y garantizan sus características incombustibles e ignífugas.
Favorece corrientes de aire
Es por el efecto de la humedad que notamos cómo el aire de un ventilador nos refresca. Aunque un ventilador común no tenga frigorías y por lo tanto no enfría el aire ni un solo grado, lo cierto es que el aire que arrastra con sus palas suele llegarnos con menos humedad, motivo por el que la sensación de nuestro cuerpo es de frescura, aunque realmente la temperatura del aire sea la misma. Usarlo inteligentemente es ponerlo cerca de una corriente de aire o desde el techo.
Rodéate de plantas y sombras
Las plantas, además de decorar y dar vida a nuestro hogar son capaces de bajar la temperatura y refrescar el ambiente. Cuando hace mucho calor y una tasa de humedad relativamente alta, se recomienda permanecer en la sombra. En este caso la humedad no cambia, pero sí es cierto que la sombra puede protegernos de hasta 15 grados menos de temperatura. Rodear nuestra casa de plantas nos ayudará, pues el aire que circula por el interior ya fue filtrado por las mismas plantas y su temperatura baja. Elije plantas de interior como la mala madre o los helechos y vas a notar la diferencia. Si tienes poco espacio puedes hacer un terrario con cactus o suculentas, que además, requiere de muy poco cuidado.
Además, es recomendable regar el suelo del jardín, patio, terraza o balcón cuando cae el sol para refrescar un poco la superficie, ya que en esos lugares suele concentrarse mucho el calor durante el día.
Apagar las luces y los aparatos eléctricos
Las bombillas además de luz emiten calor. Pero no todas por igual: una bombilla incandescente puede emitir hasta un 75% más de calor que una bajo consumo. Por ello, si se necesita iluminación, es mejor utilizar tipo Led.
Los aparatos eléctricos y electrónicos son también otra fuente de calor, incluso en stand by, así que si se puede, mejor mantenerlos apagados.
Nos vemos….
