En algunas ocasiones hemos reflexionado sobre la importancia que tienen los colores en nuestro estado emocional. Mientras los colores llamativos nos activan y llenan de energía, los colores cálidos y suaves favorecen la tranquilidad y el descanso.
Una de las formas más efectivas para combatir el estrés en el hogar es acertar con la combinación de colores en cada habitación de tu casa. Nuestro estado de ánimo se potencia con los colores, y si la gama de tonalidades se ajusta a lo que sucede en ese lugar, conseguimos la combinación perfecta para un total confort.
La cromoterapia es la ciencia que se ocupa de estudiar cómo actúan los colores sobre nosotros. Ellos, en realidad, son energías con diferentes longitudes de onda, cada uno con sus propias cualidades. Dependiendo de cómo uses uno u otro, pueden ayudar a curar tu cuerpo y tu mente.
¿Alguna vez experimentaste una sensación de serenidad inmediata cuando estuviste rodeado de tonos de azul? Según los experimentos, el azul es considerado beneficioso para la mente y el cuerpo, y se ha demostrado que ayuda a equilibrar las hormonas, reducir la frecuencia respiratoria, retrasar el metabolismo y reducir la presión arterial.
Entonces, si llevás un ritmo de vida acelerado o tan solo necesitas desestresarte, ¿por qué no intentás comenzar tu día en un ambiente con tonos suaves de azul como el azul grisáceo o cielo? Quizás descubrís que el azul te ayuda a lograr la paz interior. Un dormitorio con una pared azul y las otras en color celeste pastel es como dormir en el cielo mismo.
Otro color típicamente anti estrés es el verde. El color de la naturaleza, ¿quién no se ha relajado alguna vez en un verde prado? No estaría mal, entonces, intentar reproducir esas sensaciones anti estrés en tu casa, especialmente en el dormitorio o en el estar. No en vano los médicos recomiendan ejercicio en la naturaleza, conocen de sobra el gran poder medicinal del color verde. Además si tienes la tensión alta pintar tu casa de verde ayudará a reducirla y a eliminar todo tipo de sustancias tóxicas del ambiente. Puedes añadir plantas purificadoras de aire sobre el fondo verde para una mayor eficacia. Sin embargo, no todos disfrutan de este color. Por eso hay que ser cuidadoso al elegir el matiz correcto y los elementos de decoración que, en colores contrastantes o bien diferentes, van a añadir singularidad a la habitación.
Blanco: es un color puro, ideal para ambientes con poca luz. Transmite simplicidad, elegancia, frescura y relax. Al ser un color muy versátil, permite que siempre este en armonía con el resto, por lo que es de los más seleccionados para las habitaciones.
Otra opción son los tonos pasteles: rosa palo, beige, turquesa suave, celeste, amarillo ¡y todos sus matices! Esto último, los matices, es lo que añade interés a una decoración que algunos podrían considerar como demasiado tradicional. Se trata de usar tonalidades que suavizan la atmósfera e impiden que nuestra mente se distraiga con el entorno. Son ideales para el living, el comedor, espacios donde socializamos. Ayudan a focalizarnos en los momentos que compartimos, ya sea ver una película, una serie o pasar un rato entre amigos. Si se trata de eliminar el estrés de tu entorno, son una muy buena opción.
El violeta: si se lo elige en el matiz correcto puede resultar casi tan relajante como el azul. Sin embargo, si es demasiado oscuro la habitación tiende a verse un tanto lúgubre. Por eso lo ideal es un tono lila, o algunos de los matices que apenas se alejan del rosado y van hacia el lado del azul.
Como verás, todos podemos beneficiarnos con el efecto relajante de estos colores anti estrés. Recuperar la armonía, la paz y el equilibrio es la propuesta, espero que te resulte. Nos vemos…