Los millennials son la generación de nacidos entre 1980 y 1995. Entre ellos, hay una rama apasionada por la gastronomía y que lideran las redes sociales más sabrosas, se denomina: la generación foodie. Uno de sus centros de interés es la alimentación, disfrutan de la buena comida y la creatividad en la cocina.
Estas generaciones ya están accediendo a su vivienda propia y dejan su impronta en el diseño arquitectónico. Ellos prefieren cocinas grandes y abiertas, con mucho lugar para almacenaje.
La cocina es, para los millenialls, el corazón de su estilo de vida.
La cocina de un millennial tiene que tener enchufes para cargar el móvil o la tableta de forma cómoda; pero sobre todo debe de conjugar diseño y espacio personalizado –hay mucho que almacenar, no solo pastas y arroces: especias como la cúrcuma, semillas como la chía y verduras como el kale. Ingredientes que por arte de la viralización global y de las últimas tendencias en la red vídeo-bloguera colonizan las cocinas de los nuevos cocineros.
Los hogares son cada vez más pequeños y también lo son las cocinas, pero el espacio limitado de las cocinas tiene que ser suficiente para alojar un buen sector de almacenamiento y reunión con amigos. Se trata de contar con una cocina equipada que, a la vez, participa de los encuentros sociales. Cocinar es un acto muy social que puede ser un encuentro compartido. Esto se vincula al concepto de cocina abierta. Según estudios sobre tendencias en cocina: un 43 % de los particulares abrió su cocina al salón-comedor y un 37 % al exterior.
Entre los sistemas de almacenamiento más populares entre los jóvenes están los cajones extraíbles, los organizadores de ollas y sartenes y las bandejas de cubiertos.
Mucho se habla de la nueva cocina digital… y no precisamente como una tendencia efímera que traen los millennials. La cocina digital está aquí para quedarse y evolucionar al ritmo frenético de la propia tecnología y de cómo entendemos nuestra forma de relacionarnos. Nadie sabe si comeremos mejor, pero sí que comeremos más entretenidos.
Entre paredes muy claras y otras de negro pizarrón con frases inspiradoras en habitual ver
cafetera Nespresso con bluetooth, una panificadora y un buen juego de cuchillos cerámicos: todo ambientado en tonos grises pálidos y limpios, con taburetes tradicionales –madera suave con aluminio– para invitar a los amigos a la experiencia del ‘Hazlo tu mismo’, siguiendo desde el móvil al crack de la cocina en YouTube.
Y en esto de cocinar de manera social no solo están los amigos y familiares que vienen a casa; también están los otros, los virtuales, seguidores y curiosos, siempre acompañándonos en las redes. Toca tener una cocina con LED que aporten la luz adecuada a los platos recién preparados para que luzcan perfectos en Instagram.
Ya existe una gama de hornos que permite controlar la cocción mediante un móvil o tableta a través de una app que, además, compartir y comentar recetas e interactuar online.
Estas generaciones de usuarios están más enfocados en asegurarse que el estilo, la paleta de colores elegida y los materiales utilizados en los elementos de la cocina sigan siendo relevantes el mayor tiempo posible, así es como apuestan por el mármol, corian o silestone a la hora de renovar sus mesadas. Buscan una superficie atemporal y resistente.
Otra tendencia dominante es construir espacios híbridos; por ejemplo, una cocina abierta al comedor, donde también se pueda trabajar con la PC. Cuando adoptamos este formato, un detalle importante es la iluminación: debemos siempre pensar en tener una buena fuente de luz y directa para la zona de trabajo.
Nos vemos…..