El sofá es uno de los elementos principales dentro de la sala de estar. Un sitio simbólico y práctico de reuniones familiares, con amigos, descanso solo o acompañado. Generalmente el tipo de sofá condiciona la forma y estilo del resto de elementos decorativos que estarán en tu living.
Para elegir el sofá adecuado para nuestro espacio lo primero que debemos hacer es conocer, no solo las opciones disponibles en el mercado con respecto a forma, configuración, materialidades, tipos de tela, etc. sino también, las medidas del estar, su distribución y aunque pueda parecer obvio decirlo, cuántas personas lo utilizarán a diario. Y cuando tengas esta información, tómate tu tiempo para probar diferentes modelos. Probar y probar, pero cuales serían las claves para saber si un sofá es cómodo:
1) Al sentarse, las caderas nunca deben quedar más hundidas que las rodillas para que no te cueste incorporarte.
2) Al apoyar la espalda contra el respaldo del sofá debes poder apoyar también los pies en el suelo.
3) Con la espalda apoyada en el respaldo, los riñones deben quedarte protegidos evitando que el cuerpo se deslice hacia abajo.
4) Al sentarte, el borde del asiento no debe presionarte la parte posterior de la rodilla.
5) Y finalmente, debes poder apoyar el brazo en el reposabrazos, que tendrá que estar a la altura del codo, no más bajo.
La opción más común es el sofá de dos o tres cuerpos, con o sin apoyabrazos y en distintos tamaños. Una variante es el sofá modular o seccional: como su nombre lo indica están divididos en 2 o más módulos separables que pueden tener diferentes formas, pudiendo mezclar poufs, butacas o sofás, generando un todo. Hoy en día hay propuestas de modulares que dan para jugar con formas y configuraciones, pudiendo dejarlos en línea recta, en U, en L, o disgregados, con un aspecto muy lúdico y moderno. Pero siempre es imprescindible tener espacio.
Cuando tenemos un espacio pequeño a veces resulta, sencillamente, imposible incluir un sofá grande, ni siquiera, uno de dos plazas. Entonces existe un mueble, un sillón específico, que con las modas va perdiendo valor y de repente resucita. Ese asiento, con su diseño coqueto pero que puede ser completamente clásico o realmente moderno, y que siempre va a tener cabida en nuestro estar, en el dormitorio o en nuestro rinconcito de lectura. Se trata del sillón vintage de descanso para tu estar.
Una variante más sofisticada es el Chaise longue. Este término, proveniente del francés, significa literalmente silla larga. Hoy en día son tipos de sofás muy decorativos, los cuales se usan para recepciones o lugares comerciales. Pueden ser tradicionales o modernos, con líneas curvas o rectas. Pueden presentar un solo brazo y un respaldo. Es un sofá con mucha personalidad.
Una variante cuando el espacio aprieta es la butaca: asiento de 1 cuerpo, mayor que una silla, con o sin brazos y un respaldo con cierto grado mayor o menor de inclinación; generalmente son tapizadas. En general, complementan el sofá de mayor dimensión.
Si no tenemos espacio para ningún sofá podemos optar solo por poltrona: silloncito muy parecido a la butaca, pero presenta siempre brazos. Puede ser tapizada, pero actualmente hay hasta de material plástico moldeado en calor con variadas formas. Es más ancha y confortable que una silla. Puede tener patas altas o no tanto, conformando un mueble a mitad de camino entre un orondo sillón de un cuerpo y una sencilla butaca.
Son muchos los aspectos diferenciadores que nos permiten optar por uno u otro modelo. Espero poder ayudarte a elegir el tuyo. Nos vemos…