Llega Diciembre empieza el calor, la temporada de pileta y ¿la Navidad de blanco?
Renos, nieve, chocolate caliente, chimeneas. Una Navidad totalmente estereotipada a la que estamos acostumbrados, ya que muchas de nuestras costumbres descendieron de los barcos junto con nuestros antepasados inmigrantes, provenientes en su mayoría de una Europa devastada por la guerra.
Pero creo que ya va siendo hora de entender que es totalmente de locos decorar nuestra casa como si estuviéramos en un frío invierno, cuando afuera hay 30º C. Hay que adaptarla a nuestra realidad, una navidad veraniega. Esa Navidad que comienza cuando sacamos esas cajas de la bodega o del sector más alto del placard y aparece el arbolito. Un árbol que emociona en el minuto en que se llena de colores y luces, es el verdadero protagonista y su montaje puede ser un plan estupendo para compartir.
Qué lugar le doy en mi casa, es un detalle no menor. Pero hay varias opciones: ese rincón que vemos al instante de entrar, en el distribuidor de la casa ¡Que todos lo vean a su paso! esta es la intención. Con cualquiera de estas dos opciones no invades ni el estar ni el comedor, pero a la vez propicias su vista. Escoge un árbol totalmente proporcionado a estos espacios que por lo general son pequeños. Y, finalmente la más utilizada, es colocarlo presidiendo el living o el comedor.
Hay una cantidad impresionante de tipos de arbolitos: desde la clásica replica del pino hasta los que van dibujados o hechos con maderas y telas como cuadros en la pared.
Hay tres cosas esenciales que no pueden faltar: las bolas, las luces y una estrella para la parte superior. En cuanto a los colores, las combinaciones son infinitas. Desde los tonos dorados a los plateados, hasta los rojos, blancos, verdes y azules. Lo ideal es elegir tonos acordes a la habitación donde va a situarse.
En la parte superior o punta del árbol se coloca un objeto especial. Las opciones son muchas: una estrella, un ángel, un copo de nieve, una cruz, un lazo y una corona, entre otras.
Otro elemento que no puede faltar es la corona de Navidad colgada en la puerta. Es un clásico, se podría decir que es el primer signo de Navidad cuando llegamos a un lugar. Tocamos la puerta y la corona colgada nos llena de espíritu navideño.
Decora tus ventanas con adornos pero en lugar de colocar lazos rojos de terciopelo con purpurina, usemos mucho color.
Ya que el clima lo permite, ¿que tal si comemos afuera? Puede que no nos veamos mucho durante el año, pero la comida de Navidad en familia es sagrada. Aquí traje algunas ideas de mesas al exterior que se verán preciosas con ese toque navideño y toda la familia podrá disfrutar tanto de la comida, la compañía y el aire libre.
Luces para las cenas y protección para el sol del mediodía, serán aquí los dos complementos clave.
Nos vemos….