Dejando a un lado las graves implicaciones para la salud, la epidemia de coronavirus ha ampliado, de manera poco ortodoxa, un debate sobre cómo serán los puestos de trabajo en el futuro.
Con millones de personas en todo el mundo trabajando desde su hogar, comenzamos a preguntarnos: ¿estamos viendo el principio del fin de la tipología tradicional de la oficina?
Yo creo que el coronavirus no destruirá irreversiblemente el concepto de trabajar en edificios de oficinas tradicionales. Sin embargo, este experimento global de «trabajo desde casa» puede hacernos pensar sobre los beneficios de trabajar desde el hogar, o al menos, un cambio en la tipología tradicional de la oficina.
El coronavirus puede haber causado un aumento en los empleados remotos, pero esto no comenzó acá. El número de empleados regulares que trabajan desde casa en los Estados Unidos ha aumentado en un 173% desde el 2005, mientras tanto, el 5% de los empleados en la Unión Europea trabajan desde casa a partir del 2017.
Las empresas se dieron cuenta que con esta modalidad pueden contratar a los mejores talentos con pocos límites geográficos, al tiempo que, evita los gastos generales importantes, asociados con los edificios de oficinas y suministros. Un estudio de Stanford mostró otro efecto positivo, trabajar desde casa aumentó la productividad de los empleados en un 13.5%, redujo los días de enfermedad y mejoró la satisfacción laboral.
Desde la perspectiva de los empleados, las ventajas son obvias: menos tiempo y dinero para desplazarse, un mejor equilibrio entre la vida laboral y personal, y una atmósfera más tranquila.
Estos nuevos modelos de trabajo conducirán inevitablemente a una evolución en el diseño de espacios de oficina, o incluso espacios alternativos para trabajar.
Según algunas estimaciones, el 40% del espacio de trabajo de una oficina no se utiliza en gran parte del día. En un futuro donde muchos empleados podrían pasar el 50% de su semana trabajando de forma remota, el diseño interior de las oficinas será cada vez más flexible.
En el medio, entre volver a la tradicional oficina o seguir desde casa, está el co-working: espacios abiertos de oficina que incentivan el trabajo en equipo, la comunicación, el contacto visual permanente, las conexiones que favorecen la creatividad.
¿También lo estaremos perdiendo?
El co-working puede ser el compromiso más efectivo entre el trabajo tradicional y el remoto: donde las oficinas comunitarias altamente equipadas permiten a los empleados trabajar de manera efectiva y segura con colegas en todo el mundo, pero sin sufrir el aislamiento físico y la soledad que a menudo se destaca como un gran obstáculo en el trabajo desde casa.
Los riesgos para la salud obligan a extremar las precauciones y a mantener una distancia interpersonal que minimice el riesgo de contagio. En ese sentido, ya existen en el mercado infinidad de formatos de mamparas protectoras, que permiten reducir esa distancia para permitir las transacciones y el contacto visual pero manteniendo la seguridad.
Otra medida que se viene es la colocación de señales visuales verticales y horizontales (en el suelo) para organizar el tránsito de los usuarios del co-working en los diferentes espacios – un estilo propio de la arquitectura de los hospitales-. Así, buscan evitar el cruce de personas, por ejemplo en los pasillos.
¿Tendremos que usar luces para circular? Ja,Ja
Nos vemos…