Muchos aman la temporada del otoño: colores apagados y semitonos suaves, olores picantes, increíbles puestas de sol tempranas.
Una de las primeras propuestas es tratar de capturar los tonos de la estación. No necesariamente se trata de pintar la casa de nuevo. Los textiles, en otoño, juegan un papel fundamental. Plantas, aromas e incluso accesorios pueden ayudar al momento de crear esa sensación de comodidad tan ansiada.
La paleta de colores no solo pasa por los marones o chocolates. Hay muchas otras tonalidades que pueden venir muy bien para esta época del año. El tono mostaza, por ejemplo, siempre será un acierto. Como también la gama de los naranja e incluso un azul índigo. Ahora bien, como siempre, debemos tener en cuenta que menos es más. Una nota de color no implica llenar todo el ambiente.
Por ejemplo podemos jugar con los textiles y sus texturas.
Su versatilidad y variedad nos permiten crear sensaciones únicas a través de ellos. Ya sea utilizándolos para renovar y ambientar el aspecto del sofá, o con mantas que nos inviten a refugiarnos en ellas. Esta es una forma ideal de crear un foco de color en cualquier espacio pero, también, uno de disfrute. Porque pocas cosas hay tan agradables en los días otoñales como acariciar lana, chenilla o polar indistintamente. Pero, también, pocas cosas hay comparables con el espectáculo de color que podemos disfrutar con distintos estampados en los almohadones.
La luz natural es importante, pero en otoño, cada vez son menos las horas de sol. Por este motivo, es importante apoyarse en la luz artificial. Algo más acogedor, luces más íntimas se consiguen con lámparas de mesa o de pie, iluminando rincones.
También podemos llenar nuestra casa de velas. ¿Por qué no? Son cálidas y, sobre todo, se trata de un recurso muy económico. Formas de disponerlos hay muchas… tantas como personas, hogares y gustos. Por ejemplo: centro de vela con frutos de la estación. O con piñas, hojas en tonos otoñales, flores secas también pueden ser compañeros perfectos para transformar una simple vela en un complemento propio de la estación. El contraste que generan sus coloras marrones, rojos, naranjas junto al blanco de las velas queda genial.
Otra opción es llenar de vida la casa con plantas en los colores de la estación.
Si algo busca cualquier decoración de otoño para el hogar es la naturalidad. Una forma de mantener esa estrecha relación con la naturaleza que hemos vivido a lo largo de los meses de sol. Por eso no pueden faltar plantas que encarnen la estación por excelencia del colorido.
Cuando hablamos de interior, lo ideal es contar con las plantas verdes. Unas aliadas de excepción que, con los cuidados adecuados, nos acompañarán todo el año poniendo ese toque natural al espacio. Si buscamos algo de color, nada como optar por la Celosía o la Violeta Africana. Dos plantas con flor que, gracias a la tonalidad de su floración, alegrarán cualquier espacio.
Nos vemos…