La cocina ya se ha extendido por toda la casa y el living es hoy un espacio multifuncional, pero… ¿qué pasa con el baño?
Tradicionalmente el baño era una habitación a veces compartimentada, por un lado el lavabo y por otro el resto de los artefactos. Una habitación que podía no tener luz natural y que ventila por un conducto.
Con el confinamiento se está viendo que si alguien en casa está contagiado, el uso del baño supone un problema. Precisamente por esto, sería bueno separar el inodoro del resto del baño. Evidentemente, todo depende del espacio disponible, lo ideal sería separar el inodoro y un pequeño lavamanos del resto de las piezas del baño y dedicar otro espacio a ducha/bañera con un lavabo.
Esta necesidad que plantea la pandemia de lavarnos las manos de manera constante, da al lavabo un protagonismo y ya hay estudios de irlo integrando en otros espacios de la casa, en zonas mas comunes, por ejemplo: cerca de la entrada, en la zona comedor, cerca de los dormitorios…”.
Hoy la tendencia es separar todo lo que se pueda. Por ejemplo en Suecia el inodoro ya se plantea aparte, fuera del baño propiamente dicho.
Se considera que es más higiénico separar físicamente el inodoro de la bañera/ducha, que tenerlos juntos en el mismo espacio, y que de esa manera se separarán piezas más funcionales: inodoro y lavabo, de otras más enfocadas al bienestar y el relax, como ducha/ bañera. Estos cambios en la distribución de los baños probablemente traigan aparejados cambios en la manera de asearnos.
Hay países en los que artefactos como el bidé ya no existen en forma independiente como lo conocemos, sino que están integrados al inodoro. Los inodoros smart, que añaden las funciones de lavado y secado, eliminando el uso del papel higiénico.
Algunos de los modelos inteligentes incorporan un sistema de limpieza del inodoro en sí y en los que la cadena se activa automáticamente. Por un tema de higiene, eliminar las escobillas de los sanitarios: si se comparte baño pueden ser otro foco de contagios.
Si consideramos que más allá de la pandemia, cuando se construye un departamento con más de dos dormitorios, se considera imprescindible más de un baño, sintetizar artefactos permite ahorrar espacio al momento de la distribución.
Otros accesorios que llegan para quedarse son las griferías con sensores y los dispensadores de jabón.
Se accionan cuando detectan movimiento a una distancia predeterminada y sobre todo los hemos visto en baños públicos en aeropuertos, estaciones y también en restaurantes, pero rara vez en casas.
Su auge puede verse también por otras características como en el caso de los grifos se produce un importante ahorro de agua porque cuando retiramos las manos se cierran automáticamente
Otra de las ventajas interesantes, y más aún ahora, es que se ensucian menos porque apenas hay contacto con las superficies.
En la misma línea se encuentra el segundo elemento que veremos incorporarse en el baño tras la COVID-19: el seca manos.
El objetivo de incorporar este objeto para uso doméstico es, de nuevo, mejorar la higiene y minimizar el contacto con superficies. También existe la opción más económica, a corto plazo, que son las toallas desechables, ideales para el baño de invitados con un uso menos habitual.
Parece que esto da para largo, así que sería conveniente irlo pensando.
Nos vemos…