Navidad es una época que habla de alegría, de amor, unión y armonía. Durante todo diciembre las calles de la ciudad cambian. Seguramente encontraremos, por ahí, luces y adornos que transmiten la esencia navideña. Diciembre suele ser el mes en el que todos cerramos ciclos, evaluamos propósitos que nos pusimos a comienzo de año y el mes en que elaboramos nuevos propósitos.

Es un tiempo de introspección y a la vez de apertura, abrimos las puertas de nuestra casa para recibir amigos y familia. Es, indudablemente, un buen momento para reflexionar:

¿Qué hace de tu casa “tu casa”?

¿De qué manera se construye un hogar?

Te pusiste a pensar, alguna vez, ¿por qué tenés los muebles que tenés? ¿Por qué dejás pasar un objeto al interior de tu hábitat cotidiano y no a otro, aunque se le parezca? ¿Qué la distingue de otras? ¿Cuál es su singularidad? ¿Te preguntaste alguna vez dónde está su esencia?

La respuesta podría ser en vos, y en todo tu bagaje interior.

En épocas donde tanto se habla del minimalismo y el orden, consideraste que la tuya puede ser vivir en espacios en donde cada cosa tiene su lugar y no luce precisamente desordenado, solo luce la vida que está ocurriendo ahí, que no siempre responde a los estándares de orden de una revista de decoración.

Las casas más envidiables suelen ser las que lograron convertirse en una extensión del carácter y sentimiento de sus dueños. Aquellas que lejos del minimalismo y del despojo, lucen mucho de algo: muchas plantas, muchos colores, muchos cuadros, muchas mezclas de viejo con nuevo o de vintage con moderno. Lo mismo da, porque en cada caso, expresan el espíritu de sus habitantes.

Es momento de encontrarte con lo que te da placer, dejarte gobernar por la creatividad y la libertad de expresión, la posibilidad de manifestarse a través de los colores y los objetos, perder el miedo al ridículo, abandonar los decálogos estéticos.

Tú casa, tus reglas, tu alma.

Como en la moda, las tendencias en interiorismo van y vienen. Lo más importante es seleccionar lo que emocionalmente va con vos, algo sin lo que puedas vivir, en vez de comprar cosas porque están de moda. La belleza está en el ojo del que mira. Si algo te parece bello, entonces es lo único que importa.

Un punto importante a rescatar es que nuestros espacios habituales nos transmitan paz y armonía. Encontrar la armonía es algo así como, encontrar el equilibrio entre la decoración (la belleza del entorno) y la funcionalidad de los elementos con tu día a día.

Es una búsqueda muy importante porque nuestro entorno afecta a nuestros pensamientos y por lo tanto a nuestras emociones. Si no lo sabes, hay una cadena presente en todo y es la siguiente: una situación te genera pensamientos, estos pensamientos te generan emociones, estas emociones son las que te impulsan a actuar o te paralizan. Tu acción o inacción dan lugar a un resultado: un cambio o todo sigue igual, aunque moleste. Piensa que un hogar no solo es decoración, es el espacio donde te relaciones con tu familia y amigos, donde convives y te comunicas con tus seres queridos. Por todo esto es importante buscar y exigir armonía para nuestro hogar. Es más trabajo que dejarlo todo así, tal cual, pero el resultado te cambia la vida.

“La necesidad que el alma siente por un hogar no tiene que ver solo con un refugio o una casa, sino con formas más sutiles”, dice el escritor y terapeuta estadounidense Thomas Moore. Coincido!!

Todo cambio puede ser doloroso. Pero nada es tan doloroso como quedarse estancado en algún lugar donde no perteneces.

Espero que todos tengamos una Feliz Navidad. Nos vemos……