Pintando el piso

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Si tenes uno de esos pisos antiguos de granito que muchas veces están deteriorados, con faltantes, con parches en cemento, y pegarle una cerámica o porcelanato encima no te va, por ese pequeño y muy molesto desnivel de no más de un centímetro que se genera, y que encima acarrea cortar puertas que de lo contrario no abren, o no tenes ni la plata, ni el tiempo, ni las ganas de levantar todo reparar contrapiso, rehacer carpeta y pegar cerámicas nuevas, tu alternativa es pintar.

Hoy existen en el mercado excelentes pinturas látex para pisos tanto interiores como exteriores, de terminación mate o semi mate. Especialmente formuladas para proteger y decorar. De gran resistencia mecánica y propiedades antideslizantes, en varios colores listos para usar, que podrán aplicarse fácilmente sobre pisos de hormigón, concreto o baldosas. No se pueden pintar pisos de cerámicos, porcelanatos o  todos los pisos de alto brillo y suavidad, debido a que no poseen la porosidad que necesita la pintura para adherirse.

Si bien la preparación de la superficie es importante en todos los trabajos de pintura, en el caso de los pisos es fundamental. La superficie a pintar debe estar limpia y seca: libre de grasa, aceite, cera, si fue pintado previamente es importante retirar los restos de pintura suelta con una lija y espátula, que no posea hongos, se encuentre libre de humedad y alcalinidad. Lo más recomendable es lavarlos con ácido muriático (Ácido clorhídrico) rebajado 10% ácido por 90% de agua y dejar actuar por diez minutos. Luego,  enjuagar con abundante agua y dejar secar muy bien por varias horas.
Si se trata de pisos nuevos de cemento es indispensable verificar que la superficie se encuentre libre de alcalinidad, a veces es necesario repetir el lavado con acido muriático.  El nivel óptimo de adherencia se consigue cuando la superficie posea una  rugosidad semejante a una lija.
Las pinturas para pintar pisos suelen ser pinturas al agua. En la mayoría de las líneas comerciales se recomienda previamente una pintura de imprimación, esta no debe formar película, sino que será absorbida por la superficie. Si se percibe algún área con brillo debe lijarse para eliminarlo y quitar el polvo resultante de la operación.
La aplicación la llevarás a cabo con pinceles y/o rodillos. Aplica las manos de pinturas que sean necesarias, en general dos o tres según la base a cubrir. Se recomienda dejar secar 24 horas entre la primera y segunda mano  y cada 6 horas manos subsiguientes.
Este tratamiento corresponde tanto a pisos en interiores o exteriores. Solo ten en cuenta que en exteriores no debes pintar en horarios de altas temperaturas y en días de elevada humedad ambiental.
Las posibilidades de la pintura en pisos son miles, desde aplicar varios colores: uno en cada baldosa, en franjar, círculos, patinas o simplemente recrear murales.
Para ambientes de alto tránsito o tránsito pesado, como el garaje, lavaderos de automóviles, playas de estacionamiento e inclusive estaciones de servicio, se recomienda el uso de una pintura más resistente, como las pinturas epoxi. Estas resisten derrames de aceites y combustibles, humedad externa y lavados permanentes.
Las pinturas epoxi para pisos son a base de dos componentes: el primero consiste en una resina de larga duración y resistencia, mientras que el segundo es un esmalte de alto rendimiento. Su aplicación se realiza en forma directa a rodillo y aplicador airless, logrando pisos contínuos y sin juntas.
Si te gusta combinar colores, ten en cuenta que en un ambiente no conviene incorporar más de tres. Además, el 60% de uno de ellos tiene que ir en la pared.

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