Habrán escuchado decir por ahí que Dios está en los detalles, pocas veces les prestamos atención pero como se nos complica la vida cuando una puerta no cierra o se descarrila un cajón.
Si hablo de los herrajes, esos pequeños elementos de vital importancia para permitir la flexibilidad y el movimiento de los espacios y muebles.
Cuando abordamos soluciones de pequeña escala, que necesitan ser eficientes para espacios cada vez más ajustados, en departamentos pequeños, se observa el protagonismo de las soluciones de carpintería, donde cada superficie puede ser también un lugar de almacenamiento o una puerta.
Es probable que hayas utilizado bisagras y correderas hoy, sin darte cuenta. Su costo las ha vuelto tan posibles, que difícilmente una casa no disponga de ellas. Pero no siempre fue así.
No se sabe exactamente quién inventó las bisagras de las puertas, pero existen menciones de piezas de oro en las puertas del Templo de Salomón, citadas en el Antiguo Testamento. Y aunque su concepto es increíblemente simple –permitir que la pieza gire o corra sobre un eje–, son piezas con una gran cantidad de tecnología incorporada.
Hoy en día, es importante la gran variedad de bisagras que tenemos en el mercado. Específicamente, cuando hablamos de espacios reducidos, son las bisagras las que nos permiten múltiples usos. La cama, por ejemplo, es un mueble que puede ocupar un espacio importante cuando no se utiliza. Hoy en día existen empresas que fabrican camas que fácilmente se convierten en paneles o pequeñas mesas de trabajo. Lo mismo sucede con mesas, espacios de guardado o para compartimentar un ambiente.
En el mercado existe una gran variedad de calidades, materiales, estéticas y soluciones para permitir el movimiento de puertas, paneles o muebles.
Las bisagras permiten que las puertas giren. En el caso de los muebles, existen tres mecanismos principales, que varían según el revestimiento del borde al que se fija:
Rectas: En la mayoría de los casos, cubren completamente el borde lateral del mueble.
Curvas: Lo cubren parcialmente. Esto permite, por ejemplo, que dos puertas se encuentren sobre un mismo montante.
Súper curvas: Este tipo permite que las puertas se enfrenten totalmente al montante.
Otro elemento tan importante como la bisagra son las correderas.
Las más habituales en la actualidad son las correderas telescópicas, que soportan hasta unos 45 kg de peso. Cuentan con rodamientos con bolas de acero sobre un pequeño riel, permitiendo que el cajón se abra por completo, casi siempre con cierre de seguridad para que no se caiga. Pueden ser expuestas u ocultas.
Cuando hablamos de movimientos, también son complementos importantes los articuladores y pistones.
Estos herrajes permiten la apertura oscilante o basculante de una puerta, lo que puede resultar interesante en muebles o gabinetes altos o en nichos bajos donde no se quiere ubicar un cajón. Suelen trabajar junto con una bisagra, como refuerzo. Por eso, es muy importante que tengan una traba que permita fijarlos a la hora de acceder al espacio.
Acero, aluminio y acero inoxidable son los materiales más comunes para los herrajes. Todo va a depender no solo de la estética sino también del esfuerzo al que se vean sometidos.
Nos vemos…