Diseñar los lugares en los que vivimos merece toda nuestra atención, ya que reflejan nuestra actitud ante la vida y brindan un lugar de refugio para la vida cotidiana. En casa trabajamos, comemos, dormimos, jugamos, hacemos fiaca y que se yo que más, pero algo es seguro cada actividad tiene necesidades de iluminación diferentes.
Existe una relación entre la actividad predominante y el tipo de luz que necesitamos. Diseñar el tipo de iluminación que ha de tener un espacio, no es fácil. Solo tienes que seguir mis consejos y verás cómo aciertas.
- Para que usas cada rincón
Uno de los principales errores a la hora de iluminar una habitación es no tener en cuenta las diferentes ocupaciones que nos gustaría llevar a cabo en ella. Por eso, tu primer paso debe pasar inexorablemente por analizar la habitación, el espacio y sus usos. Una vez hecho esto, podrás diseñar diferentes zonas y rincones que, correctamente iluminados, te permitirán disfrutar de cada habitación de una manera mucho más rica e intensa.
Por ejemplo en un living, para dar calidez y confort, asegúrate de poner varios puntos de luz. Por un lado, la iluminación ambiental que es básica para crear ambientes relajados y agradables; y la puedes combinar colocando lámparas por debajo de la vista para que no deslumbren y el resultado será único.
- Dimensiones de los espacios
Jugar con las alturas a las que están los puntos de luz, combinando luminarias en el techo, colgantes, en pared, de pie o a ras de suelo ayudará a crear ambientes cálidos y acogedores resaltando aquellos rincones de la casa que más gusten o se quieran destacar.
- Luz cálida o luz fría
En iluminación, como en la mayoría de las cosas, la importancia radica en los detalles. ¿Cuántas veces no hemos entrado a una casa y nos hemos sentido como en la fría sala de espera de un consultorio médico? Y es aquí donde el factor de la “temperatura” o “color” de la luz juega un papel esencial.
¿Luz cálida o luz fría? Pues depende del espacio y su uso. Por regla general, para los rincones de lectura, las mesas de trabajo, cocina, baños —sobre todo en la zona del espejo— y la mesas de comedor, se recomienda el uso de luces frías que no desvirtúen los colores; mientras que para crear la iluminación ambiental de las habitaciones, lo más habitual es recurrir a la utilización de una luz cálida mucho más amable y acogedora.
Hoy dominan los LED, quienes en sus inicios tenían dos grandes inconvenientes: su elevado precio y su “temperatura” excesivamente fría. Con el paso de los años esas desventajas han desaparecido. Se las puede encontrar en toda una gama completa de temperaturas y adaptadas a cualquier tipo de luminarias. Su principal ventaja, es sin duda una eficiencia energética, que hará reducir tu factura de luz de manera más que considerable.
- Niveles de luz
Conviene utilizar niveles de luz bajos en aquellas zonas donde se busque tranquilidad y relajación, y niveles más altos donde se vayan a realizar tareas como cocinar, leer o estudiar o en el cuarto de baño.
Para ver la televisión o simplemente charlar es suficiente un nivel de luz de 50Lx. En la mesa del comedor serán suficientes 150-200Lx y para cocinar o estudiar se necesitan aproximadamente 500Lx. A modo orientativo, utilizando lámparas led estos niveles se consiguen con, aproximadamente, 6W, 20W y 60W, respectivamente.
Considera que en países como Argentina, hace ya unos años está prohibida la comercialiczación de lámparas incandescentes y por el mismo camino van las halógenas. Esto se debe, entre otras cosas, a la enorme diferncia de consumo que presentan al compararlas con las luminarias Led.
- Difusión de la luz
En aquellas zonas destinadas a relajarse, charlar, cenar o que son de paso es preciso usar luz focalizada. Hay que intentar que la luz se dirija directamente sobre la mesa del comedor o el sillón de lectura, y ayudarse con lámparas colgantes puntuales o de pie o sobremesa. Esta luz focalizada, que crea zonas con contraste de luz más claras y más oscuras, ayuda a crear un ambiente acogedor y relajante.
Por el contrario, se puede utilizar una luz más dispersa y general en el aseo, la cocina o zona de estudio porque es preciso evitar los contrastes de luz para realizar estas tareas y evitar la fatiga visual que se produciría si el ojo debe adecuarse continuamente a diferentes niveles de luz.
Algo que se desarrolla muy comúnmente es un sistema de iluminación compuesto por diferentes puntos de luz, capaz de crear una confortable luz indirecta y tamizada. La mayoría de estos diseños hacen uso del falso techo para ocultar las luminarias, pero otras posibles soluciones serían desplazar la línea de focos hacia los laterales, haciendo que la luz termine por bañar verticalmente un paramento para que actúe a modo de pantalla, o buscar los apliques adecuados de techo y pared que se encarguen de proyectar esa luz difusa. Por supuesto que estamos hablando de cielorraso o paredes pintadas en colores claros para que esta difusión se pueda producir.
Si tienes dudas me puedes escribir a [email protected]
Nos vemos….