En una sociedad que promueve tanto el consumismo, lejos de darnos felicidad, tiende a generar ansiedad y mucha incomodidad en el dia a dia.

El nesting combate esta tendencia, potenciando buscar momentos para nosotros en un espacio que nos dé lo que podemos necesitar…

Nesting es un anglicismo que se emplea para denominar la práctica de quedarse en casa durante el fin de semana por placer y con el fin de reducir el estrés y la ansiedad.

Es un concepto muy sencillo que nos recuerda al Hygge. Se basa en poder disfrutar de los pequeños placeres que te brinda tu hogar y poder recuperar hobbies tan placenteros como la lectura, la jardinería o la repostería. Según afirman los expertos, practicar nesting, mejora nuestro bienestar personal, disminuye los niveles de estrés, reduce la ansiedad y te permite volver a conectar contigo mismo, una de las claves de la felicidad.

Nuestro hogar, su decoración y sus detalles, se convierte en el lugar donde podemos pensar en nosotros mismos. En casa es donde podemos recargar energía, descansar, desconectar, haciendo actividades que nos relajen o simplemente estando en compañía de familiares y amigos.

Esta forma de vida implica cambios importantes en la distribución y decoración de una casa.

Lo primero que tenemos que tener en cuenta es que necesitamos espacios que nos desconecten del mundo exterior y de sus problemas y que nos inviten a quedarnos durante un tiempo, por lo que tenemos que crear ambientes, tanto en el interior como en el exterior (patio, jardín terraza) que sean acogedores y cálidos.

Cada vez más se busca una distribución abierta, funcional, donde se pueda aprovechar al máximo la luz natural y en la que se utilizan materiales cálidos.

La iluminación ideal para esta práctica es la luz natural, y en caso de que no podamos contar con ella, la ideal es la luz artificial cálida.

Otro punto importante es crear decoraciones que den pie a colocar objetos o recuerdos personales que nos permiten evocar sentimientos.

Dentro de cada casa, cada persona crea su esfera privada de manera muy diferente. No es lo mismo una vivienda para una sola persona (donde todos los espacios son privados), que una vivienda familiar. Allí donde conviven seres diferentes y donde cada uno tendrá necesidades espaciales diferentes, que habrá que congeniar. Es importante que cada uno tenga su propia esfera espacial.

Vivir en un clima tropical genera espacios y costumbres de vida muy distintas a los nórdicos con sus largos inviernos. Y son ellos, justamente, los que cuidan hasta el último detalle las decoraciones de sus casas para convertirlas en verdaderos hogares. Esta mentalidad nórdica de entender la vivienda, cada vez tiene más seguidores en cualquier rincón del planeta, es decir, todos empezamos a dar más importancia a los muebles y a la decoración, tanto de las zonas internas como externas de nuestras casas. La tendencia es hacernos de muebles funcionales y prácticos. No hace falta llenar toda la habitación de ellos, basta con tener pocos pero muy bien utilizados.

Una premisa es Menos e Mas, pocas cosas, que nos den mucho placer.

Nos vemos…