No te pasa que no das más. Entiendo todo, hay que cuidarse pero no doy más. Y es en estos momentos, en los que salir y andar no es posible, en los que necesito replegarme, encontrar mi lugar de calma y protección. No se vos, pero yo necesito tener un mini espacio al que puedo considerar totalmente mío, ese rincón que me empodera y refleja quien soy.
A menudo minimizamos este deseo, pero es muy importante conectar el espacio en el que vivimos con nuestros hábitos, gustos y nuestra espiritualidad.
Si espiritualidad, necesitamos, cada vez más, habitar espacios armónicos.
¿Por qué crees que hay casas que parecen llenas de vida y otras languidecen? ¿Porque a veces el rincón de un jardín de una casa modesta, creado sin premeditación, se siente más agradable y vital que un espacio diseñado y planificado?
La respuesta está en el Chi. En esa fuerza que atrae y genera una relación dinámica entre el Yin y el Yang.
Y para esto nada mejor que comenzar a explorar el mundo del Feng Shui, esa filosofía milenaria que proviene de china y que nos ayuda a ver nuestra casa como una representación física de nuestro interior, de nuestras emociones más inconscientes. Nos enseña a ubicar las formas, los colores, la luz y los aromas en un ambiente de modo de atraer el Chi hacia nuestro hogar y hacerlo circular armoniosamente.
La casa es nuestro reflejo, entonces, por ley de correspondencia, como es adentro es afuera. Si armonizo la casa, me armonizo.
Pero cuidado, la teoría central del Feng Shui gira alrededor del principio de los cinco elementos. Estos forman una base conceptual en la que se fundamenta esta práctica. Utilizados conjuntamente, pueden dar lugar a recomendaciones en apariencia contradictorias. Establecer un arbitraje y decidir qué aspecto es el más preponderante requiere la consulta a un experto. Mientras tanto, podemos ir preparando el ambiente para aumentar el Chi.
¿Por dónde conviene empezar? Aquí te doy algunos tips:
- Observación:
Lo primero que te recomiendo es que recorras la casa, la sientas. Observa si lo que ves te gusta, si lo volverías a elegir.
Analiza cómo está distribuido todo. Imagina que eres un visitante que entra por primera vez, qué es lo que más te gusta, lo que menos te gusta y cómo quisieras cambiar.
Haz una lista, no tiene que ser una lista extensa, puedes ir descubriendo todo en el proceso pero sí es importante empezar a tomar conciencia de que te da placer y que te molesta.
- Desintoxicación:
Después la observación, viene el momento de sacar de tu ambiente todas aquellas cosas que están en la lista de NO ME GUSTAN. Es el momento de sacarlos de tu ambiente.
Pon música relajada pero que te de energía. Ten a la mano mínimo tres bolsas plásticas, una para lo que vas a desechar, otra para lo que vas a donar y otra para aquellas cosas que no sabes que hacer.
- Limpieza energética:
Luego de desintoxicar, conviene limpiar, pero no de cualquier manera. La limpieza energética la puedes realizar con incienso, vinagre con agua y sal.
- Limpieza etérea:
Aparte de la limpieza física, también se debe realizar una limpieza etérea. Para ello, una vez que hayas reorganizado los objetos y esté todo limpio y ordenado, puedes proceder a un sahumerio o limpieza con incienso. Elige la esencia que más te guste para realizar esta limpieza, siendo recomendable el sándalo, la mirra o el romero.
- Después del sahumerio:
Abre todas las ventanas y puertas, por un rato, para hacer fluir todas las entradas de energía de tu casa y renovarlas. También se aconseja abrir un minuto todos los grifos para acompañar esta regeneración.
¿Quieres que las buenas energías te rodeen para mejorar en lo mental y espiritual?
No olvides que puedo ayudarte. Te ofrezco soluciones prácticas que vinculan tu yo con la decoración y distribución de tus espacios, con el objetivo de alcanzar metas y mejorar la vida cotidiana.
Nos vemos…