Además de aportar valor estético a la decoración, poseen propiedades de aislamiento acústico ya que absorben los sonidos y ofrecen confort. Las alfombras no solo visten, sino que transmiten esa sensación de calidez que tanto deseamos en estos fríos días de invierno. Pero es que, además, son un elemento decorativo fantástico para, por ejemplo, diferenciar ambientes en un mismo espacio, como el estar y el comedor. Son fáciles de colocar sobre otros pisos sin tener que hacer obras, lo que nos permite cambiar, rápida y económicamente, la cara del ambiente.
Son básicamente dos, los factores fundamentales que debemos tener en cuenta a la hora de elegir una alfombra: el estético -es decir, no sólo que te guste sino que cuadre con la decoración- y las características del ambiente en el que vamos a colocarla.
Además de estos factores, hay unos cuantos requisitos más técnicos que también son importantes: como la combinación de: una alta densidad, torsión elevada y sobre todo, muy importante: ¡fácil de limpiar!
A grandes rasgos, las alfombras se dividen entre las artesanales (hechas a mano) y las industriales (fabricadas con máquinas). En cuanto a los materiales para confeccionarlas, también existen dos grandes grupos: los naturales y los sintéticos. Las fibras naturales se corresponden básicamente con las lanas y las de origen vegetal, como pueden ser la rafia, el yute y el sisal. Los sintéticos como el nailon, poliéster, acrílico o polipropileno, presentan la ventaja de ser más económicos y lavables, no pierden pelo y no producen alergias.
Según el tratamiento que se haga con los hilos, se forman las diversas tramas o texturas de una alfombra.
Bouclé Liso: Pequeños rulos de hilos compactos y alineados a la misma altura. No marcan las pisadas y son ideales para lugares de alto tránsito como escaleras, etc.
Bouclé Estructurado: Se caracteriza por bouclés de distintas alturas, generando diferentes relieves y ofreciendo una variedad estética distinta con las mismas ventajas.
Pelo Cortado: De aspecto aterciopelado, producto de una capa de pelos cortados y parados. Las de más pelo serán las más mullidas, resistentes y costosas.
Tipo Frieze (pelo cortado): Son alfombras de pelo cortado pero posee un proceso de fijación que lo hace más duradero y muy adecuado para zonas transitadas, disminuyendo las marcas de pisadas.
Como se nombran según el espacio que ocupan:
Moquette: se llama así a la alfombra perimetral, colocada de pared a pared, que cubre toda la superficie de un ambiente. Su terminación puede estar dada por un pequeño zócalo de la misma alfombra o por un zócalo de madera.
Carpeta: son alfombras que, a diferencia de las moquettes, se apoyan directamente sobre el piso dejando algún espacio libre entre sus bordes y la pared. Por eso, no requieren instalación ni pegamentos, y cubren una solo zona específica del ambiente.
Kilim: se trata de una alfombra hecha en un tejido plano, es decir: sin pelo anudado, típica de algunos países de Oriente. Originalmente, se empleaban en los pisos y paredes de las tiendas.
Las últimas tendencias en alfombras apuntan sobre todo a la mezcla de texturas en una misma pieza, algo así como el equivalente al estilo ecléctico pero en versión alfombra. También están pegando fuerte las alfombras de punto grueso y las de nudo largo, especialmente en tonos claros.
En cuanto a materiales, la lana toma ventaja, seguida muy de cerca por las alfombras de fibras vegetales como el clásico sisal, la rafia, el cáñamo o la cuerda. Pero no sólo las fibras naturales triunfan, hay una clara tendencia hacia las alfombras de vinilo por muchos motivos: son lavables, repelen el polvo, son muy resistentes al paso del tiempo y, además, permiten una amplia gama de diseños innovadores.
Y ahora que ya sabemos un poquito más sobre ellas, es momento de empezar a elegir. Te ayudo?