El verano está llegando a su fin y ya se siente en el ambiente el comienzo de un nuevo ciclo escolar. Es un buen momento para renovar el cuarto de los chicos y el espacio en el cual hacen la tarea diaria.
Tener un lugarcito propio es fundamental a la hora de generar buenos hábitos. Aunque la mayoría caemos en la opción de la mesa del comedor, los especialistas aseguran que si los niños tienen ´su lugar´, y éste, les resulte cómodo y facilita la concentración, nos permitirá ir creando en ellos un estilo de vida con buenos resultados.
Hoy te traigo algunas claves que seguro te ayudaran para organizar estos lugarcitos:
1 Un lugar para cada cosa:
Por lo general asociamos el espacio de estudio al dormitorio del niño tratando de que este sea su universo. Pues algo muy importante es convertirlo en un espacio funcional, es decir, en donde todas las cosas que necesitan los niños diariamente estén bien organizadas para que trabajen cómodamente.
Coloca únicamente lo necesario: la mesa del escritorio para hacer la tarea y poner la computadora, una silla que sea súper cómoda y una gran cantidad de repisas o una biblioteca de buen tamaño para que entre todo. Es importante considerar factores como el diseño ergonómico y material del mobiliario, atendiendo el tamaño del niño. Por ejemplo, la silla debe permitir apoyar los pies en el suelo y su asiento debe ser de acolchado, recubierto con tela flexible y transpirable.
Cuando no hay lugar para repisas, o el lugar es muy pequeño y puedo sentir que las paredes se me caen encima, hay que optar por menos muebles pero con muchos cajones.
2 Buena iluminación:
Es la primera condición ambiental que hay que considerar, ya que con ella está demostrado que no solo se tiene mejor rendimiento, sino que se evitan problemas visuales futuros. Para disfrutar al máximo de la luz natural, se aconseja colocar la mesa del escritorio bajo la ventana. Pero considera la cantidad de luz que entra y regúlala con cortinas: si hay mucha luz lo ideal es usar un doble cortinado con una capa de pana o seda y otra de lino; pero si es al revés, si hay poca luz conviene elegir un lino liviano en un tono bien claro.
Para la noche o las épocas del año que necesitamos más de la luz artificial, lo aconsejable es tener en el centro de la habitación una lámpara de techo que provee de iluminación general, y otra lámpara de acento que ilumine directamente la zona de trabajo pero ubicada de forma tal, que evite deslumbramientos o reflejos molestos sobre la superficie.
3 El factor acústico:
Es clave, porque influye directamente en la capacidad de concentración. No todos los ruidos son igualmente molestos ni distraen en la misma medida. Por esta razón es aconsejable ubicar el área de estudio lo más alejado de las fuentes de ruido, especialmente de las zonas de conversación, pues la voz humana es la principal fuente de distracción.
4 La temperatura:
Tanto el frío como el calor provocan efectos indeseables. El primero genera inquietud, mientras que el segundo, sopor e inactividad. Por lo tanto, ambos dificultan la concentración. Aunque no es fácil controlar este factor, sobre todo en verano, sí es conveniente saber que las investigaciones realizadas indican que para la actividad mental, la temperatura ideal ronda entre los 19 y 22 grados.
5 El color:
Existen diversos estudios que demuestran cómo determinados colores influyen en la concentración, la creatividad y la memoria. Por ejemplo si quieres crear un espacio dinamizador y potenciador de la creatividad, es preferible utilizar colores claros, que son más estimulantes que los oscuros. Los tonos azules estimulan el pensamiento creativo y la resolución de problemas, mientras que el rojo fomenta la atención en los detalles, pues impulsa una actitud de detención y alerta.
También puedes combinar colores y darle un toque muy original a la habitación, pintando una pared con pizarra. A los niños les divertirá poder anotar cosas en la pared y tendrá su toque personal.
Si tienes el espacio suficiente en casa, esta bueno adecuar una habitación que además de ser lugar de estudio, permita desarrollar otros intereses y hobbies. Por ejemplo, si les gusta la música, un rinconcito donde puedan tocar su instrumento, o una mesa auxiliar donde puedan pintar o tener armado ese tren que tanto les gusta. El objetivo es no tener que armar y desarmar cada vez que quiero dejar de estudiar y ponerme a jugar.
Saludos