Armando el arbolito de navidad

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Llegó el  8 de diciembre, el día que por tradición se arma el arbolito de navidad, encima este año nos toca en un finde largo así que no hay escusas para seguir estas costumbres, tradición tan linda pero, ¿sabemos de dónde proviene? Jeremías, el profeta del siglo VII a.C., dice que «las costumbres de los pueblos son vanidad» porque un leño con plata y oro lo adornan; con clavos y martillo lo afirman para que no se mueva». Jeremías se refiere a la vanidad de adorar «objetos sin valor», propia de los paganos, en vez de venerar al Señor, «el Dios verdadero». El arbolito de Navidad no existía como tal, pero estos versículos revelan una costumbre ancestral: cortar un árbol para adornarlo y a veces, como hacían los babilonios, para dejar regalos debajo del mismo. Los romanos adornaron las calles durante las fiestas en homenaje a Saturno, pero fueron sobre todo los celtas quienes decoraron los robles con frutas y velas durante los solsticios de invierno. Era una forma de reanimar el árbol y asegurar el regreso del sol y de la vegetación. Cuenta la leyenda que en el siglo VIII había un roble consagrado a Thor, en el centro de Alemania. Cada año, durante el solsticio de invierno, se le ofrecía un sacrificio. El misionero Bonifacio taló el árbol ante la mirada atónita de los lugareños y, tras leer el Evangelio, les ofreció un abeto, un árbol de paz que «representa la vida eterna porque sus hojas siempre están verdes» y porque su copa «señala al cielo». Desde tiempos inmemoriales, el árbol ha sido un símbolo de la fertilidad y de la regeneración. El cristianismo adoptó y transformó estas costumbres paganas ante la imposibilidad de erradicarlas. Los primeros árboles navideños fueron decorados por cristianos protestantes en el siglo XVI en Alemania. Nuestro moderno árbol navideño evolucionó de estas antiguas tradiciones alemanas, y esta costumbre, muy probablemente, llegó a los Estados Unidos con los emigrantes alemanes a Pennsylvania y Ohio.

Con el paso de los años los árboles de Navidad han ido cambiando. Un clásico de clásicos es el  verde, rojo y blanco, los colores tradicionales a la hora de vestir la Navidad impregnan el típico pero encantador pino de navidad. Ya sea que lo prefieras sintético o natural nunca te vas a equivocar con esta elección. Eso sí, debes considerar que decorarlo te va a llevar algunas horas…

En los últimos años los árboles blancos han ido ganando terreno. Aunque por estas partes del mundo donde l Navidad nos agarra de malla y solero, nos resulta poco familiar. Pero bueno, siempre es una linda y diferente alternativa. Se ven súper lindos si lo decoramos con adornos metalizados o de un color determinado y finitas guirnaldas.

Después están los arbolitos armados con bases no tradicionales como los metálicos o las variantes hechas con ramas o trozos de madera La idea es ir superponiendo las tablas de mayor a menor, así podrás crear una estructura similar a la de un pino. Finalmente, puedes agregar pequeñas velas (tipo la de noche) coronando cada tabla.

Por último van algunas versiones de arbolitos planos, cuando no hay espacio o quiero limitar la decoración navideña a pequeñas estructuras muy sencillas.

 

 

 

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