¿Sabías que la alta concentración de humedad ambiental en una casa puede empobrecer la calidad del aire que respiras? Y no solo eso, sino que crea el caldo de cultivo perfecto para la aparición y proliferación de hongos, mohos y ácaros.
Sí, un exceso de humedad tiene un terrible efecto en la salud pero sus síntomas no se muestran normalmente de forma inmediata sino a largo plazo. Estar expuesto a elevados niveles de humedad en el ambiente aumenta la posibilidad de contraer ciertas enfermedades respiratorias (como el asma o la sinusitis) e infecciones pulmonares (como la bronquitis).
Es un hecho que el moho es una de los principales desencadenantes de alergias. Por regla general es muy común encontrarlos cuando hay acumulaciones de agua: por ejemplo en baños, marcos de las ventanas.
El frío y la humedad son factores que pueden aumentan el dolor a personas con enfermedades reumáticas o que hayan sufrido accidentes musculares o una fractura de huesos.
Otro problema derivado de las humedades y en el que deberíamos pensar es el económico. Y es que en una casa con humedades se dispara el gasto energético. Desde el momento que aparece la humedad, sin importar su tamaño o gravedad, la vivienda deja de ser energéticamente eficiente y pueden aumentar hasta un 30% la factura de la calefacción. Pues las humedades crean corrientes de aire frío y diferencias bruscas de temperatura entre las habitaciones. Esto dificulta calefaccionar de manera adecuada la casa obligando a subir la temperatura de la estufa o caldera, con el consecuente gasto energético y económico extra.
La humedad como un habitante más de la casa: las principales causas de su aparición
La humedad que se produce en las duchas, los baños, usando la plancha o cocinando, pueden llegar a aumentar mucho el índice de humedad en nuestra casa. Si la humedad se estanca y se concentra en nuestra vivienda, puede dar lugar al fenómeno de la condensación y a la aparición de hongos.
El mismo fenómeno de condensación se puede generar por:
Aislamiento térmico insuficiente en los cerramientos.
Aislamiento térmico insuficiente de los vidrios o de los perfiles de las ventanas.
Defectos de construcción: grietas profundas, escapes en cañerías y pequeñas pérdidas de agua que no son susceptibles de ser reparados por los habitantes del hogar.
Calefacción incorrecta, por ejemplo, una colocación desfavorable (no dispuesta debajo de la ventana) o la utilización inadecuada de la misma.
Una mala o insuficiente ventilación, hacerlo mal o el tiempo inadecuado pasará factura a tu hogar.
Como puedo solucionar este problema o evitar que se produzca:
Instalar ventanas con un buen aislamiento térmico: si nuestra ventana no es buena aislante, la diferencia de temperatura entre el interior y el exterior de la vivienda puede provocar que el agua se condense en los cristales y aumente la humedad. Para evitarlo podemos instalando carpinterías con un buen aislamiento como las de PVC. O ventanas con perfiles de ventilación controlada: que permiten el paso controlado de aire del exterior sin que la ventana pierda propiedades acústicas o térmicas.
Ventilar: lo mejor para evitar la condensación en el hogar es ventilar de 5 a 10 minutos al día. La ventilación por corriente cruzada es la mejor, porque en poco tiempo el aire se renueva por completo y las paredes y techos casi no se enfrían, lo que implica una leve pérdida energética.
Deshumificador: otra forma eficaz de reducir los problemas de condensación es instalar deshumificadores en los lugares más húmedos de la casa, como baños o cocinas. El objetivo es que el deshumificador mantenga la humedad ambiental por debajo del 50%.
Usar ventiladores de escape no solo cuando cocines sino cuando pongas el lavavajillas, al limpiar…
Y por supuesto, repara siempre lo antes posible las fugas de tuberías, hemos visto que no son la única fuente de humedades y moho pero si una de las principales causas para provocar su aparición.
Consigue plantas antihumedad: Existen determinadas clases de plantas de interior, especialmente las tropicales, que ayudan a reducir el exceso de humedad y a mejorar la calidad del aire. La palma de caña, la hiedra inglesa o el lirio de la paz son algunas de ellas.
Pero si la humedad ya ha hecho aparición en casa, no lo dudes: ponte en manos de un profesional calificado para que pueda medir el alcance del problema lo antes posible y solucionarlo antes de que crezca. Porque la humedad no desaparece por arte de magia, todo lo contrario. Nos vemos…