Cocinas y almacenamiento están entre las palabras más buscadas a nivel global. Como te puedes imaginar, al mezclarlas obtienes una de las tendencias: armarios-despensa.
Es que, no solo se trata de organizar eficientemente los alimentos y los elementos de tu cocina, sino que incluye un trabajo no menor de planificación.

Si planificas tus comidas en forma semanal, como mínimo, podrás dedicar menos tiempo a cocinar, podrás optimizar tus compras y maximizar la conservación de los comestibles, y así puedes conseguir gastar menos, tener más espacio libre (no acumulas comida innecesaria) y, consiguientemente, sentirte más a gusto y menos estresado en casa. Recuerda que, como dice la famosa autora japonesa y consultora de organización Marie Kondo, “una habitación caótica es el reflejo de una mente caótica. Nada de guardar las cosas por si acaso. La vida es mucho más sencilla”.
¿Cómo arrancar?
- Cuanto espacio necesitas: No es necesario que dispongas de una cocina gigante para organizar una despensa ideal que sea funcional y práctica. Solo tienes que liberar, digamos, 1 m2e instalar unos estantes no muy profundos, no más de 20 cm de fondo para poder guardar lo básico y que no queden cosas perdidas en el fondo.

- Agrupa por categorías: Agrupa los alimentos con lógica y reserva los estantes que queden a tu altura para los que más uses y lo que vence primero. Usa recipientes transparentes para almacenarlos, así no tendrás que abrirlos ni etiquetarlos para saber lo que contienen y evitarás el desorden visual.
- No acumules: es cierto que hay ofertas que a veces son muy tentadoras pero trata de no comprar más de dos paquetes de cada tipo de alimento. Para que sea fácil acceder a los productos, no queden olvidados, puedes apilar en vertical si tienes espacio y no restas visibilidad.

- Destina un cajón profundo a todos los tápers: son una gran ayuda a la hora de organizar tu cocina y ahorrar. Cocinar de más y congelar te permite ahorrar porque, usando la misma energía, consigues comida para más días y, además, te aseguras platos para esos días en los que no tienes tiempo ni ganas.
- Un recipiente para cada alimento: es otra de las claves fundamentales. No mezcles lo que no debes (papas y cebollas, por ejemplo) porque acelerarás que se estropeen.
- En la misma línea conserva los tarros llenos hasta arriba. Tendrán menos aire y, por lo tanto, menos posibilidad de que se oxiden los alimentos. Además, consigue tarros que sean transparentes para controlar mejor si es necesario comprar reservas o no. Es más rápido.

- Otra premisa es ubicar las cosas menos pesadas arriba y cosas más pesadas abajo.
Siempre ubica en los sitios centrales o que estén más a la mano, los productos que más usas. Deja las partes altas para las cosas menos pesadas como servilletas, rollos de papel o categorías que se utilicen menos.
Si tenemos muebles bajos o, incluso, sitio en el suelo de la despensa, lo utilizaremos para leche, bebidas, incluida la gran botella de aceite con la que luego rellenamos las más pequeñas. Puedes guardarlos en cajones con ruedas para que sea más sencillo moverlos.

- Pintura de pizarra en una pared o parte de la misma, es un recurso genial para darle un toque original. Además de escribir mensajes positivos o hacer algún dibujo, siempre puedes anotar las cosas que has de ir reponiendo.
- Si falta espacio, optimiza recursos: las estanterías serán tus grandes aliados. Son versátiles y muy prácticas, y cumplen perfectamente la función de mantener alimentos y productos en orden y a la vista. Elige modelos que, además, resulten decorativos, en especial si las vas a colocar en espacios abiertos.

- Si las estanterías no te gustan, busca de integrar un armario o aparador como dirían nuestras abuelas. La falta de metros cuadrados no es excusa para renunciar a tener una despensa muy decorativa. Es importante que su interior esté bien equipado, observa el plus que pueden representar las puertas.

Nos vemos…