Que no haya dudas: ¡Aquí es donde duermes!!

Es tu dormitorio, no cualquiera, pero ¿Cómo se consigue ese toque que solo tú podrías darle? Sin lugar a dudas, con los detalles. Y como detalles me refiero a la elección de la ropa de cama, de los cuadros que llenan las paredes, de los complementos que colocas aquí y allí…

Claro que para que los detalles cobren fuerza, la base del ambiente:  distribución, Iluminación y equipamiento, tienen que estar resueltos.

 

Una buena distribución permite rentabilizar tus metros y poder crear en el dormitorio otras zonas, además de la de descanso, como por ejemplo una pequeña zona de trabajo o de relax.

La mejor ubicación para la cama es en paralelo a la ventana, ya que favorece la conexión visual entre interior y exterior. Y es la mejor opción, pues te da la sensación de que el ambiente es más grande de lo que es.

¿Qué te interesa alumbrar? Piénsalo. El dormitorio es mucho más que el lugar donde se duerme. Hoy la iluminación ideal te la darán bombillas de luz cálida, es decir, de unos 2.800 grados Kelvin. Elígelas, al menos, en las lámparas situadas en la mesita de noche, ya sean de sobremesa o colgantes.

Otra opción son las bombillas LED dimmables, que permiten regular la potencia de la lámpara, pudiendo adaptar su intensidad según la actividad que estés realizando.

Las que cambian de color también te permitirán ajustar la temperatura de la luz, son ideales para crear en el dormitorio distintos climax.

En cuanto al equipamiento, las mesitas de noche y la cama son los muebles con más protagonismo. Obviamente la cama y su cabecero son quienes marcan el estilo. Un estilo que podrá ser clásico, romántico, industrial, vintage o minimalista. Dentro de este último grupo puedes optar por una variante muy de moda que son los cabeceros multifunción. Aquellos que integran lámparas de lectura, enchufes y hace las veces de estante para libros y fotografías.

Otra forma de coronar, de destacar este equipamiento es diferenciando la pared sobre la cual se apoya. Y esta diferenciación la logras con un color diferente en esa pared, con un empapelado o con los accesorios de decoración que la visten.

 

Y aquí volvemos a los detalles a los que me refería al comienzo: ¡Dale tu toque!

Con fotografías en blanco y negro.

Con letras retro con pequeñas bombillas (que además crearán ambiente).

Con cabezas de animales de tela o mimbre.

Con una composición de cuadros en tonos suaves.

Con un espejo decorativo.

Con composiciones textiles o de fibras naturales.

 

Otra opción es puedes elegir un espacio blanco absolutamente neutro, con muebles también blancos, lo que crea una ambiente muy luminoso y sereno, que invita al descanso y darle tus notas de color y personalidad con la ropa.

Considera que los textiles son básicos para hacer un espacio más acogedor y envolvente, sobre todo en el dormitorio. Cortinas, almohadones y mantas que hagan la cama más apetecible y mullida…

Finalmente, rodéate de plantas: aportan alegría, naturalidad y frescor. Di adiós al mito de que las plantas en el dormitorio no pueden estar y no te olvides de ellas. Dormirás mejor.

Recuerda que tu casa es tu reflejo, y si tienes dudas para elegir materiales, colores o muebles podemos charlar, estoy para ayudarte. Envíame un wsp al 15 67359907, me cuentas cuál es tu preocupación y concertamos un encuentro.

No lo dudes, llámame!

Nos vemos….