Seguro que últimamente has pasado mucho tiempo más en casa, haciendo home office, estudiando, leyendo y haciendo las actividades domésticas: cocinar, lavar, entre otras. Quizá no lo tengas presente aún, pero al pasar más tiempo en casa, consumimos mayor energía, que al final se convierte en dinero por pagar.

Adicional al tiempo extra que hemos pasado en casa, contamos con un consumo «fantasma», es decir, aquella energía que es consumida por aparatos que siempre están conectados, por ejemplo: el horno de microondas, la cafetera o incluso el cargador de nuestro celular. Claro que este consumo es mínimo si lo comparamos con el consumo de luz ambiente,

La iluminación es uno de los principales factores por los que el consumo eléctrico de nuestro hogar se dispara. En estos casos, la iluminación LED es un excelente aliado.

Además del ahorro, la iluminación LED nos ofrece gran versatilidad en diseños y aplicaciones. Sin mencionar que hoy en día tenemos ya la iluminación inteligente. Donde podemos programar nuestras luces LED y cambiar la temperatura de color desde nuestro teléfono móvil.

Existe iluminación LED  blanco cálido 3000K para tus espacios de descanso, blanco neutro en 4000K para áreas de trabajo y 6500K para grandes superficies.

Tienen un alto grado de versatilidad a la hora de crear diferentes escenarios tanto en interior como en exteriores como puede ser  la zona del jardines y la piscinas, donde podemos implementar luminarias sumergibles o incluso tiras de led bordeando la piscina para dar un toque diferente, que en la noche pueda servir tanto como de iluminación base como efecto lumínico decorativo.

Hoy existen en el mercado una amplia variedad de luminarias led con variadas formas y atrevidos diseños. Se fabrican como puntos de luz direccional, en forma de cinta, plafones, tubos y un amplio abanico de bombillas, para reemplazar las antiguas bombillas incandescentes, de bajo consumo o tubos fluorescentes.

El uso de esta tecnología en iluminación ha tenido un efecto beneficioso para el medio ambiente. La llaman iluminación ecológica porque no utiliza mercurio o gases que producen efecto invernadero e incrementan el calentamiento global. Esto hace que su elección a la hora de sustituirlas por las halógenas tradicionales sea la decisión más inteligente, por su eficiencia energética y eficacia lumínica.

En resumen, sus ventajas más sobresalientes son:

• El bajo consumo de la luminaria permite un importante ahorro energético. La eficiencia de la luminaria está basada en su amplia vida útil frente a la tradicional y su bajo consumo energético.
• Poca emisión de calor. Diseñadas con disipador de calor evitando la sobrecarga.
• Produce luz nítida y brillante con un encendido inmediato evitando parpadeos.
• Mayor duración que las bombillas tradicionales. La vida útil de los leds puede llegar a estar entre las 20.000 y 50.000 horas de vida (6 años aprox.), mientras que la de una bombilla halógena esta en torno a las 2.000 horas.
• Facilidad de instalación.
• Importante ahorro factura de la luz. EL ahorro puede suponer hasta un 80%
• Posibilidad de control de intensidad lumínica con control remoto. Algunas luminarias tienen integrado un regulador para cambiar la intensidad y tono de luz dependiendo de la calidez deseada. También pueden tener un controlador manual a distancia.
• Al no tener filamento como las bombillas incandescentes o halógenas, soportan golpes y vibraciones sin romperse. Mayor resistencia gracias a su protección IP contra polvo o agua.
• Son ecológicas. No contienen mercurio por tanto no dañan el medio ambiente.
• Producen baja contaminación lumínica en exteriores.

Nos vemos…